Lola Poveda y Fedora Aberastury
Conocí a principios de los 90 a Lola Poveda Piérola y ella me dió a conocer el Sistema consciente para la Técnica del movimiento de Fedora Aberastury.
Lola Poveda desarrolla su actividad entre la Pedagogía Teatral y orar a través del cuerpo.
Lola Poveda, nacida en Lérida (1946) es doctora en Pedagogía Teatral y ha impartido cursos sobre esa materia en Universidades de España y Chile. Su actividad tiene un carácter polivalente en torno a varios centros de interés:
- – La Pedagogía Teatral
- – Lo corporal como paradigma
- – La transmisión del Sistema Consciente para la Técnica del Movimiento de Fedora Aberastury
- – La creatividad y los procesos de innovación
- – La meditación como acceso al Pensar Místico
- – La orientación personal a través de la radiestesia y el I Ching.
Durante más de treinta años ha dado charlas y realizado encuentros sobre la dimensión corporal de la experiencia orante. Es autora de diversos libros sobre Pedagogía Teatral y “La lengua que escribe”: Notas y reflexiones sobre el Sistema Consciente para la Técnica del Movimiento de Fedora.
Experiencias personales que han llevado a Lola Poveda a una lectura del cuerpo desde la experiencia de los Estados Superiores de Conciencia. El Pensar Místico, al que el cuerpo se dispone desde su dimensión Supramental o de Conciencia Energía, es el último paso de nuestra evolución humana.
Los Místicos de todas las tradiciones espirituales se hacen presentes en el libro y lo ratifican con sus enseñanzas y sus escritos. Es un Pensar que nos pertenece como humanos y en el que Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, desde lo que pudieron vivir, son actuales guías y maestros.
El siglo XXI es el siglo de la coherencia en el que nuestras palabras tienen que alcanzar al cuerpo y el cuerpo a las palabras. El Sistema Consciente para la Técnica del Movimiento, que es la base de la propuesta orante de Lola Poveda desde hace más de treinta años, es un camino posible. Un enfoque occidental, corporal y de persona a persona a través del cual poder disponerse a la Experiencia Mística.
Un adentarse en lo desconocido en la práctica del Arte de Vivir -desde nuestro cuerpo- como resucitados.
Lola describe en su libro, “el texto dramático, la palabra en acción”:
“Fedora, pianista, entendió que el instrumento musical “suena” en el cuerpo del interprete a medida que este va rompiendo las trabas que le impiden la expresión auténtica de si mismo”
“El cuerpo, fuente de conocimiento”. Cristina Suarez
¿En qué estamos pensando cuando hablamos del cuerpo? ¿En músculos, huesos, nervios, sistemas? ¿De qué cuerpo hablamos cuando hablamos de él?
Existe el cuerpo físico, el cuerpo social, el cuerpo erógeno, el cuerpo astral. El que se muestra y el que los otros ven, el que creemos tener y el que tenemos.
El cuerpo del que se habla ¿dónde comienza? ¿Debajo de la cabeza? Y ésta ¿qué es entonces, psique, alma, intelecto?
¿Cuándo una sensación en el hombro me remite a una situación del pasado, qué está sucediendo? Un perfume y vuelvo a ser niña, un ruido y se despierta un miedo sin proporciones.
¿Qué significa trabajar el cuerpo y para qué habría que hacerlo? Hacer ejercicios, correr, danzar. ¿Para ser más bello? ¿Para sentirse mejor? ¿Para ser más saludable?
Cuerpo instrumento de placer, de expresión, de hacer. ¿Qué se pretende, qué se busca, qué se quiere, qué se encuentra?
Cuando, felizmente, el cuerpo se vuelve fuente de inagotable conocimiento ¿cómo, entonces, expresar con palabras una experiencia que pertenece al campo de la emoción y elmovimiento?
¿Cómo traducir una vivencia que abre espacios desconocidos?
En un camino de autoconocimiento a través del cuerpo se hacen evidentes dos estados que constituyen la totalidad. Lo objetivo y lo subjetivo; aquello que puede ser demostrado y lo que es experiencia personal. Lo que la palabra nombra y lo que no; lo físico y lo psico-espiritual.
Abrir conscientemente y con fuerza una articulación, desde muy adentro y, a partir de este espacio crear un movimiento, es una experiencia en la que estos dos estados se conjugan. Puedo demostrar que mis articulaciones están más abiertas y flexibles, que mi respiración es más profunda, que mi cuerpo se alinea. Sin embargo ¿qué puedo decir de este terremoto que está sucediendo por dentro? Todo vibra. Todo se mueve. Todo se ilumina. Se desató el caos que me llevará a la armonía.
Comienzo a comprender el significado de la palabra inteligencia.
Por este camino llegué a saber que el cuerpo es memoria emocional y que es posible, a través de él, llegar a la totalidad.
Fedora Aberastury fue una maestra e investigadora que nos dejó un gran legado: el Sistema Fedora Aberastury, o como ella lo llamaba el Sistema Consciente para la Técnica del Movimiento.
Nacida en Chile en 1914 pero radicada desde muy jóven en Argentina, por traslado de su familia, comienza su camino dedicándose a la música.Era pianista.
En Buenos Aires inició su formación musical. Se casó con Marcelo Aberastury. Del casamiento nació su única hija, Gabriela. En 1943, por razones de trabajo de su marido, se trasladaron a Washington.
En los años 40 por motivos laborales de su marido se traslada a Nueva York donde tomó contacto con grandes maestros como Claudio Arrau y Rafael de Silva , que considera sus maestros y con quienes trabajó durante 10 años. Ellos le proporcionaron herramientas para afrontar su preocupación respecto de una sonoridad que no se correspondía con el plano emocional, a pesar de una técnica sólida.
En esos momentos, a pesar de haber tenido una formación pianística muy sólida, percibía que algo en la sonoridad que obtenía no representaba la intensidad de su carga emocional, y no había encontrado aún la manera de resolverlo. Al escuchar por primera vez a Claudio Arrau, comprendió que ese era el sonido que estaba buscando. Se puso en contacto con Arrau y éste la presentó a Rafael de Silva. Ambos maestros dirigían la Piano School of New York.
Claudio Arrau había estudiado en Berlín con un alumno de Franz Liszt, quien se planteaba cómo producir un sonido más acorde con lo que consideraba el mundo emocional del postclasisismo; las sonoridades debían tener una carga diferente de la que se lograba hasta ese momento. La escuela que Arrau y de Silva compartían se fundaba en nuevos conceptos acerca de la sonoridad del piano moderno. Buscaban un sonido más potente y, consecuentemente, procuraban adaptar la técnica a esa necesidad.
A mediados de la década del cuarenta Nueva York era el centro del mundo, un lugar en el que se encontraban emigrados de diferentes lugares de Europa, huidos de la guerra, que aportaban ideas revolucionarias acerca de las disciplinas psico corporales, ideas que alcanzaban también a músicos, actores y bailarines. Arrau era una personalidad que aglutinaba a un muy importante círculo intelectual, hombres para quienes la cuestión de cómo abordar la interpretación desde la idea de totalidad físico emocional se planteaba permanentemente.
La escuela de música de Claudio Arrau, abordaba el cuerpo como instrumento de pasaje; relajamiento y concentración le proporcionaban el tono necesario para abrir el camino a la energía emocional.
En palabras de Fedora: “Mis maestros Arrau y especialmente Rafael de Silva, me hacían entender que la dinámica del movimiento lleva involucrada la energía liberadora que da paso a la emoción. Los conceptos se hicieron carne en mí. Yo sabía que había una posibilidad humana y que podía contar con las fuerzas que prodigan las profundas convicciones, para encontrar el camino y que un mayor número de seres consigan manejar lo que es patrimonio de todos: esa energía liberadora, y que el movimiento muscular no interfiera en el paso a la emoción”
La interpretación “como representación humana de nuestras imágenes más verdaderas”, decía ella. La imagen pura, dice Deleuze.
Otra persona influyente para Fedora fue el bailarín y coreógrafo Eric Hawkins, quien formó parte de la compañía de Martha Graham por más de 10 años. Su trabajo estaba signado por un novedoso abordaje psicofísico, fundamental en la danza y la interpretación.
Con Erwin Piscator, Fedora trabajó en la indagación del lenguaje teatral, con Edgar Varese en composición y análisis musical. Accedió a las teorías de Wilhelm Reich a través del contacto con psicoanalistas seguidores de sus investigaciones.
De vuelta a Buenos Aires, la Argentina, el fenómeno de la interpretación la ocupaba por entero. Durante los primeros años se dedicó exclusivamente al piano, transmitiendo los conocimientos que había adquirido en esos intensos diez años de estudios. Simultáneamente, su observación le indicaba que las tensiones acumuladas por los seres humanos a lo largo de la vida les impedían expresarse libremente; en el caso de los músicos, esto era agravado por la cantidad de horas que debían trabajar con su instrumento, lo cual casi siempre los forzaba a tomar conductas equivocadas. Sin negar la importancia del aporte que las disciplinas orientales podían proporcionar, buscaba una forma de trabajo que pudiera expresar mejor al hombre occidental. Tenía que solucionar, además, problemas técnicos que impedían una verdadera calidad interpretativa.
Fedora comprendió que el trabajo con el instrumento cuerpo era imprescindible y que era necesario profundizar aún más en ese proceso, buscando no sólo el origen de las dificultades técnicas sino el origen de los movimientos. Valiéndose del inmenso caudal de conocimientos adquiridos, hizo lo que poca gente se atreve a realizar, creó algo nuevo.
Movida por una profunda necesidad interior, hizo de su cuerpo el lugar en el que las preguntas encontrarían respuestas. En absoluta soledad e impulsada por la fuerza de su fe en la posibilidad de encontrar un camino, todos los días volvía sobre sí misma para seguir buscando incansablemente, más y más adentro, las resonancias, las voces, el conocimiento oculto, aquello que le permitiera al hombre ser tan original como las impresiones digitales, “tan único como las yemas de sus dedos”, diría.
En un texto de 1974 decía Fedora: “Ya en Buenos Aires comencé mi trabajo con pianistas y fue en este período de la enseñanza y después de algunos años, que nació la fuerte resolución de abandonar una forma de trabajo que, por causas que tenían que ver conmigo misma, no daba vida a los maravillosos conceptos adquiridos. Y así prácticamente, me encerré y aunque la palabra suena enorme, a investigar y llegar a hacer realidad lo aprendido para mi formación, durante mi estadía en Nueva York”.
Así fue que inició una búsqueda inédita, comprometida y constante consigo misma, con su cuerpo, con su ser. Comenzó con las articulaciones y luego, a lo largo de su intenso trabajo fueron apareciendo nuevos espacios, centros de energía, fue descubriendo correlaciones hasta desarrollar “una técnica para el ser humano, protagonista único sobre el planeta que conoce todas las gamas de la emoción, pueda transitar los caminos que le permiten trascender desde su mundo interno hacia afuera, que pueda ser el intérprete cabal de “si mismo”
Si bien sus primeros alumnos fueron músicos, luego fueron acercándose bailarines, actores y finalmente todo aquel que estuviese interesado en realizar una búsqueda en sus propios confines.
Cuando la conocí, hacía casi quince años que estaba investigando. En ese momento trabajaba con músicos de diversos instrumentos, que se habían ido acercando a ella movidos no sólo por sus necesidades físicas sino fundamentalmente impresionados por el sonido que se lograba, y con personas ligadas a la danza y el teatro.
Supe de su existencia un año antes de conocerla. Se decía que realizaba un trabajo corporal absolutamente diferente de los conocidos. Por eso, en nuestro primer encuentro, había en mí no sólo la expectativa de lo nuevo, sino esa ansiedad que produce lo desconocido. Y el misterio abrió sus puertas. Fedora tenía ya en aquellos momentos la fuerza y luminosidad que emanan de quienes realizan una tarea verdadera. Encontrarla fue una experiencia radical. Conocer a alguien que está realizando una investigación sobre sí misma es participar y acompañar cada descubrimiento como el nacimiento de una nueva vida.
La claridad con que Fedora exponía sus ideas y los extraños resultados que aquellos pequeños ejercicios provocaron en mí, me impresionaron fuertemente. Instantáneamente tuve la certeza de haber llegado yo misma a un punto de partida.
Ella bautizó a su investigación como Sistema Consciente para la Técnica del Movimiento.
Falleció en Buenos Aires el 10 de julio de 1985.
El Sistema consciente para la Técnica del movimiento
Ya de vuelta en nuestro país comenzó, en soledad y silenciosamente, a desarrollar un sistema que hoy ya cuenta con evidencias irrefutables.
Poblada con la energía que surge de la paciencia,” la única que no altera el ritmo del corazón” y utilizando como primer material de búsqueda sólo los pliegues de sus dedos,”buscaba el movimiento profundo de cada articulación, no permitiendo que nada se mueva desde afuera”. Desde allí, desde este pequeño lugar, comenzaron a producirse lasrevelaciones.
Las articulaciones, cada articulación, forma parte de un complejo mecanismo que las mueve y, a su vez, cada una de ella tiene correspondencias o correlaciones. En la división trinaria de cada dedo, desde la palma a la uña, 1º, 2º y 3º articulación, encontramos resonancias o correlaciones con las tres partes del brazo: hombro, codo, muñeca. De la pierna: cadera, rodilla, tobillo, y abdomen: tórax, cabeza. Esto es solo parte de las relaciones que se presentan, habiendo otros fenómenos de correlaciones dentro de nuestros centros nerviosos. Comenzamos entonces a acceder a un conocimiento olvidado o tal vez desconocido para el hombre occidental.
Avanzando dentro del sistema, utilizo palabras de Fedora, “entramos ahora en una conexión de voluntades expresivas” a partir de tres palabras trabajadas como centros y que permiten un “ligado ininterrumpido”; Movimiento-Relajación – Fuerza. El pasaje emocional encuentra su curso posible.
Cada una de ellas responde efectivamente a diferentes fragmentos de los tres fragmentos en que dividimos nuestro organismo, y cada uno de los cuales tiene su función, en unasimultaneidad que completa una fórmula total.
Otra de las columnas vertebrales del Sistema llegó cuando comenzó la lengua a revelarse. La relajación activa de la lengua, luego transformada en “centro”es la llave de acceso a la relajación activa de todo el organismo. “Su intima conexión con el cerebro y su relación con la vida mental inicial es evidente por la cantidad de nervios craneales que la inerva, esta conexión se expresa finalmente en el lenguaje” Dra. Margaret Ribble. (1)
No puedo dejar de hablar de lo que para mí es lo más revolucionario del sistema. Por dónde accedemos a todo esto.
Y allí cabe preguntarnos qué es el pensamiento. Cómo, lo que pensamos hace cuerpo.
Cada palabra tiene resonancias dentro nuestro.
Se puede hablar también de una trilogía en el siguiente orden: pensamiento, palabra, cuerpo.
Allí comienza cada ejercicio. Desde la vibración del sonido de la palabra.
Hasta que cada palabra viaje por nuestro cuerpo, recuperando su verdadero significado, hasta que la palabra sea verbo y el verbo sea acción. Hasta ese lugar donde, en cada ejercicio, y que luego se traslada y penetra toda nuestra vida, recuperamos la no separación entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Donde la emoción -conmoción ya no tiene que ver con nuestras imágenes-ideas, que solo hablan de nuestra experiencia, sino que el conocimiento se transforma en el Desconocido-Conocimiento.
Considero que lo que deja Fedora Aberastury, es un verdadero rizoma, que sigue produciendo nuevos sentidos en aquellos que lo transitamos, aprehendiendo de su creación, lo que en cada uno de nosotros resuena. También desde allí, tal vez podemos hablar de infinitud-desconocido-conocimiento.
(1) Extraído del libro que escribió Mabel Miguel sobre la metodología del sistema.